Apuntes Numero 3. Sicología en Alicia en el Pais de las Maravillas

Muchos han hablado y seria poco en decir algo mas, desde el punto de vista psicológico-psicoanalítico de esta obra tan famosa en la literatura como en el cine.

Charles Lutwidge Dodgson, más conocido por su pseudónimo “Lewis Carroll”, además de escritor era, fotógrafo, matemático, lógico y sacerdote anglicano. Nación el 27 de Enero de 1932, en Cheshire  Inglaterra, y falleció el 14 de Enero de 1898

Alice Pleasance Liddell, es la causa de que esta novela haya visto la luz, pues fue quien incitó a Lewis a que la escribiera. La niña no solo era amiga del escritor, sino que había posado en muchas fotos suyas. La mayoría de fotos de Lewis son de niñas, y aunque mucho rumores dicen que Alice era su preferida, no ha sido la más fotografiada. Ese puesto lo ocupa Alexandra Kirtin, cuya infancia y adolescencia ha sido retratada por Lewis (desde los 4 hasta lo 16 años) hasta el día que este quiso hacerle una foto en traje de baño y se negó.

La amistad de Alice y Carroll siempre fue especial; él iba a visitarla todos los días, le escribía cartas, le hacía regalos, inventaba historias para ella, jugaban juntos. Incluso en su lecho de muerte Alice pedía que viniese Lewis a contarle una historia y eso que ella murió unos años después. Pero la amistad entre ellos no siempre prosperó, pues una brusca ruptura entre la relaciones de la familia Liddell y Dodgson, les obligaría a no continuarla.

Dicen, que esta ruptura se debió a que el escritor pidió a los padres de Alice su mano en matrimonio, ella por entonces tenía 11 años, él 32, aunque lo cierto es que estos rumores, jamás han sido confirmados.

Charles no solo, le escribió y regalo a Alice la novela que le prometió, sino que incluso después de la ruptura escribió un segundo libro“Alicia a través del espejo”.  Y comienza así:

“Aunque la ley del tiempo a los dos nos separe una vida, acoge como ofrenda este mágico cuento con amable sonrisa”.

En 1865 Lewis Carroll escribe el cuento de cuentos, un cuento que inmortaliza los diez anos de una niña amada y la detiene  así para siempre en el momento mágico en el que todo sujeto esta pleno en su edad infantil, antes de iniciar la travesía en la cual dejará de una vez y para siempre la infancia.

Alicia atreves del espejo: de niña a mujer (paradoja de la percepción o un trastorno)

Cuando las niñas llegan alrededor de sus diez años inicia toda una serie de transformaciones, el detonante una hormona que empieza a circular por el torrente sanguíneo e inicia toda la correspondencia de mensajes y contra mensajes hormonales que le llevan a un ensimismamiento, un éxtasis de sorpresa donde el universo conocido empieza a cambiar, no tan profundo como el des revestimiento narcisista del psicótico pero algo parecido.

 

El ensimismamiento corresponde a un duelo inconsciente del cuerpo de niña que nunca más va a volver a tener, de esos padres de la infancia en los que nunca más podrá volver a derrumbarse, gustos, intereses y relaciones que cambian para siempre. El universo conocido ha dejado de ser, allí la chica se sumerge en su universo simbólico mientras intenta darle algún sentido psíquico a todo lo que parece haber perdido su sentido para encontrar nuevos, que marca la primera fase de la adolescencia conocido como pubertad ubicada cronológicamente alrededor de 9/10 años hasta los 13.

Es inevitable establecer la relación con las dietas insaludables, los mitos urbanos que circulan entre las adolescentes, en parte ayudados por una industria del embellecimiento del cuerpo y en los marcadores culturales del paso de ser un cuerpo a hacerse un cuerpo: lipoestructura,  rinoplastia, dietas, fajas, cremas que aumentan, endurecen y disminuyen talla.

 

Un momento de desarrollo y época propicio para trastornos de la alimentación y tratamiento de la angustia.

Con tantos cambios donde el universo conocido empieza a diluirse en el desenvestimiento narcisista, muchas preguntas, pocas respuestas los trastornos de la alimentación: anorexia, bulimia y obesidad, son en parte un tratamiento de la angustia. ¿Cómo prevenir los trastornos de la alimentación? La mejor manera de prevenir los trastornos de la alimentación son desarrollar y  mantener los hábitos de alimentación.

 

Enfrentarse a la reina madre, la reina roja le lleva a confrontarse con su ser niña con preguntas sin resolver, le lleva del complejo de castración, la actualización de la solución subjetiva del enfrentamiento a la misma, al atravesamiento del fantasma que le permite vincularse como mujer al universo femenino.

La rivalidad con la madre, con las compañeras de curso el sentirse confrontada por cualquier otra mujer que le lleve a enfrentarse a su propio desconocimiento su propia falta en ser significante. Que le lleva a atravesar el mito de lo que significa ser La mujer para volverse ella misma una mujer con las vicisitudes de su propia historia subjetiva.

 

Finalmente Alicia despierta de su sueño y cuenta a su hermana lo ocurrido y es el paso de una a otra de la experiencia, la expectación, el asombro a la resolución de su propio transito a través del espejo de la otra para encontrar su propia significación subjetiva en el atraves del espejo. (Seria bueno ver la teoría de Laca; C. Jung o el mismísimo Freud).

 

Significado de Ensimismamiento: Concentración en lo que se hace o se piensa hasta llegar aislarse de lo demás. Recogimiento en la intimidad de uno mismo, desentendido del mundo exterior, por contraste de alteración.

 

Alicia en el país de las Pesadillas.

Algunas de las fotos que les sacó a sus pequeñas víctimas se conservan; otras, en las que ellas fueron fotografiadas desnudas, han sido, según parece, casi todas destruidas por su sobrino y albacea. En una de esas fotos, la niña está acostada en un diván, como una pequeña maja desnuda violentada por la conducta y la mirada obscena del artista. En casi todas las fotos, las criaturas tienen una expresión de suma tristeza o de enojo. A esas pequeñas, hijas de familias de clases distinguidas y pudientes de la sociedad inglesa. Lewis Carroll las vestía, en ocasiones, con andrajos o en camisón.

A Carroll no le interesaban ni los niños varones ni las jovencitas púberes. Brassaï nos informa, en relación a las pequeñas, que “en cuanto sus sentidos se despertaban y sus senos crecían, era el fin y el honorable clérigo se veía condenado a re emprender la caza”. De sus decepciones y malos tratos hacia las niñas dan testimonio una gran cantidad de cartas publicadas en Los libros de Alicia, con introducción de Stilman y prólogo, a nuestro pesar, de Borges. Las niñas, entre otras cosas, son para Carroll, sus “preciosas”,sus”tesoros”, sus “queridas amigas”. Como si un adulto pudiera entablar con un niño esa relación asimétrica llamada amistad o los motivos inconscientes de ocupar en el niño el simbólico lugar de padre.

Sabemos que Lewis Carroll dedicó sus textos a Alice Lidell, a quien conoció en 1862. También es conocido por todos que en 1865 los padres de Alice le prohibieron a Carroll que volviera a acercarse a ella y a sus hermanitas y a frecuentar su casa. Además, rompieron todas las cartas que el reverendo Dodgson le escribiera a Alice.

Las explicaciones psicoanalíticas de la paidofilia apelan a la idea de “inversión narcisista”, sugiriendo que en ciertos niños varones sensibles que han vivido con particular intensidad el vínculo afectivo a la madre, puede no tener lugar – o bien por ausencia del modelo paterno o por una cierta y sutil aversión a él- la identificación con el padre en que normalmente debería resolverse el complejo de Edipo. El resultado sería una clausura narcisista en la propia infancia que más tarde, en la mayoría de edad del sujeto, podría proyectarse al exterior, en el deseo de niños del mismo o de distinto sexo como un desesperado intento inconsciente de recuperar la felicidad perdida, Pero también cabe la especulación literaria, más allá de la clínica, sobre la patología.

 

“Los especialistas en abuso sexual contra menores solemos afirmar que el ofensor no tiene una psicopatología específica, no pertenece a ninguna clase social en especial y hasta puede ser una persona absolutamente exitosa profesionalmente. Tampoco todos asesinan ni violan ni cometen sus crímenes estando alcoholizados. La mayoría de los abusadores hasta pertenecen al entorno social de las pequeñas víctimas Y son algunos abusadores, tal vez los más peligrosos por la sutileza con la que cometen sus delitos”

Nosotros como profesionales de la salud mental no podemos quedarnos, en todas las ocasiones, deslumbrados frente a la estética de una foto o de un texto. No cuando esa foto o ese texto violentan y lastiman a una criatura. Por lo contrario, tenemos la obligación que nos exige nuestra profesión y nuestra ética: ir más allá de lo aparente para leer entre líneas. En esta tarea, solitaria, a veces debemos enfrentarnos con un mito – en este caso con el del maravilloso escritor que fue Lewis Carroll – y denunciarlo. Y si lo hacemos, cien años después, es porque hoy sabemos mucho más de la pornografía y de la prostitución infantil que en la época de Carroll. Hoy sabemos que esa pornografía navega impunemente por Internet, que da grandes ganancias económicas y que los pornógrafos se protegen entre sí, se ocultan y se justifican unos a otros. No denunciarlos es hacernos cómplices, con nuestra desmentida, de sus delitos.

Por otra parte, no hace falta ser psicólogo clínico o psicoanalista para comprender, a través de leer los libros y esas cartas y ver esas fotos, llenas de simbolismo y lenguaje, que Carroll abusaba sexualmente de sus pequeñas víctimas. Comprobamos, una vez más, que para ser un abusador de menores no hace falta vivir en la oscuridad, basta con tener ciertos indicadores que inicien ese comportamiento aberrante-perturbador-abusivo.

This entry was posted in Reflexiones and tagged . Bookmark the permalink.

Leave a comment